Una buena parte de las actividades se organiza en torno al proceso metódico de resolución de un problema. Dicho proceso consta de las fases: anteproyecto o estudio, diseño de una solución, planificación del trabajo a realizar, realización práctica o ejecución y prueba y evaluación.
El planteamiento curricular del área, junto con el tipo de actividades que de él se desprenden ponen de manifiesto la importancia del espacio físico y de los medios materiales que se precisan para el normal desarrollo del área de Tecnología.
El currículo del área establece entre sus objetivos educativos integrar teoría y práctica, trabajo intelectual y trabajo manual. Estas consideraciones evidencian la necesidad de disponer de un espacio diferenciado para impartir el área: el aula-taller de Tecnología, que permita el desarrollo continuo y a veces simultáneo de la gran variedad de actividades propias.
El aula-taller de Tecnología se caracteriza por ser un espacio único e integrado que se organiza, por razones prácticas, en tres zonas: el aula, el taller y el almacén.
En el aula transcurre el tiempo lectivo en el que el profesor explica, y los alumnos proponen soluciones, dibujan, planifican, exponen informes, etc.
El taller es la zona en la que se realizan trabajos técnicos que requieren el uso de herramientas y maquinaria, o de equipos de instalación fija.
El almacén es un espacio no disponible en todos los centros, donde se guardan los materiales y componentes que se usan en el área. Las actividades de almacén ofrecen interés didáctico ligadas al orden, la planificación, el control y la organización del trabajo.
Para que un aula-taller funcione de manera coordinada es imprescindible el respeto al trabajo de los demás, en la conjunción de los profesores que lo utilicen y los alumnos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario